La Semana Santa es una semana de pasión, de devoción, de calvario, de procesión, de adoración, y también, por la parte que nos toca, es la semana del bacalao, de los platos tradicionales, de un buen estofado, de las torrijas o de los pestiños. Si quieres vivir también una semana de pasión gastronómica y aprovechar para cocinar, te traemos diez recetas sencillas e idóneas para estos días que también merecen ser adoradas y están para cantarles una saeta.
El bacalao es uno de los protagonistas indiscutibles de la cocina de Semana Santa. Si en lugar de comértelo en un potaje prefieres untarlo en buen pan, puedes prepararlo en forma de brandada.

BUÑUELOS DE BACALAO CON CERVEZA Y PARMESANO
Los puristas pondrán el grito en el cielo, pero los buñuelos son algo más que un plato típico de Semana Santa. Se pueden tunear y os lo demostramos con esta receta que os volverá conversos de este aperitivo.

POTAJE DE ESPINACAS Y GARBANZOS
Garbanzos, bacalao y espinacas forman la santísima trinidad del guisote por excelencia de la Cuaresma. Te enseñamos la técnica básica y la receta de uno de los restaurantes de Sevilla donde mejor lo hacen.

¿La sopa española por excelencia? Seguramente, pero en cada región tiene sus particularidades. Las explicamos para quedarnos, al final, con una mezcla de todas sus virtudes.

El propio nombre de la receta indica que estamos ante uno de los platos más humildes de la cocina tradicional del sur de España. Ahora bien, no por barato y sencillo deja de ser un entrante glorioso.

Un guiso de bacalao con tomate y cebolla que pide un buen pan para mojar, se beneficia del colágeno del pescado y puede tener diferentes significados dependiendo de la zona de España dónde lo nombres.

La leche frita es un postre injustamente olvidado: tiene lo bueno de la torrija y de la croqueta. Aquí tienes una receta con distintos acabados: el de siempre, con pan rallado, con copos de maíz y al horno.

Este dulce es tan típico de Semana Santa que en muchos lugares es casi es imposible encontrarlo en otra época del año. Su tamaño va a gusto del consumidor: os enseñamos a hacerlo más pequeño o grande.

No podemos alimentaros solo con torrijas. Pero sí daros esta receta con pan de naranja y pepitas de chocolate. Lo de la gula ya es cosa vuestra.

La elaboración de este dulce ligero y crujiente tiene su aquel: la masa debe ser espesa para que se pegue al molde caliente, pero no tanto como para que las flores resulten pesadas. Ésta es su historia y su receta.
